Sensibilización y concienciación en el ámbito de la discapacidad auditiva
Natalia, es una niña sorda profunda de 9 años, está siendo discriminada, sintiéndose excluida en su propio país, llegando a tener incluso menos derechos que el resto de la población. ¿Por qué? Porque su lengua materna, es la Lengua de Signos y no se le está dando la misma importancia que a otras lenguas a pesar de estar reconocida por ley. Por otro lado, los padres de Natalia, amparándose en el Real decreto 1635/2009 que desarrolla el derecho de libre elección en la escolarización, han decidido que la educación obligatoria sea cursada en el centro el Buen Pastor, Sevilla. Y también, la utilización de la Lengua de Signos para su comunicación como vía vehicular para la posterior adquisición de la lengua Oral haciendo siendo amparada por una serie de leyes en las que se reconocen la lengua de signo española y se regulan los medios de apoyo a la comunicación oral de las personas sordas, con discapacidad auditiva y sordociegas, regulando el uso de la lengua de signos española y los medios de apoyo a la comunicación oral de las personas sordas, con discapacidad auditiva y con sordoceguera en Andalucía, como son la Ley LSE 27/2007 (Lengua de Signos Española), y la Ley 11/2011 Andaluza. Ambas Leyes, están dedicadas al aprendizaje, conocimiento y uso de la lengua de signos española, en concreto, regula su aprendizaje en el sistema educativo, y en el capítulo II se contiene el uso de las de lenguas de signos españolas a través de intérpretes, en las diferentes áreas tanto públicas como privadas.
Por otra parte las Administraciones Públicas Andaluzas competentes en materia de servicios sociales promoverán la adaptación de sus servicios a las necesidades de las personas usuarias con discapacidad auditiva. Partimos de una igualdad de oportunidades en el terreno educativo, que en este caso no se están cumpliendo puesto que Natalia, por el hecho de ser niña y no oír ya está recibiendo menos importancia que otros. Se reclama por tanto un cumplimiento de las leyes que amparan los derechos de este colectivo, basadas en los principios de no discriminación, accesibilidad universal e igualdad de oportunidades así como la plena eliminación de las barreras. Por otro lado, se insta al Consejo de Gobierno, entre otras medidas, a facilitar la utilización de la lengua de signos en los centros docentes donde hubiera escolares que así lo requiriesen. En el caso de la discapacidad auditiva, una buena comunicación es primordial para el desarrollo social, personal cognitivo y cultural por lo que la intervención temprana es muy importante. Ante esto, cobra gran importancia la educación recibida, basándonos en una igualdad de oportunidades y derechos en la misma. Para garantizar el éxito en la educación, debe existir una colaboración y participación activa entre la familia y la escuela. Pero no solo es necesario esto, sino una concienciación y sensibilización ante el colectivo de las personas sordas. ¿Por qué la elección de este centro? Debido a la influencia de factores como son la educación, la zona, los profesionales… consideran centro más idóneo para la educación de su hija, permitiendo además la figura de un intérprete en el aula durante toda la jornada lectiva. Esta situación, en los centros preferentes por la Administración no puede darse ya que la contratación de personal ajeno a la misma es inviable.
Sucediendo la paradoja en cuanto a este tema, como hemos señalado la Administración no se hace cargo de cubrir las necesidades que Natalia requiere y por la que está amparada, sin embargo, acuden a ella a la hora de sensibilizar a la sociedad de esta discapacidad, requiriendo su ayuda como pequeña intérprete. ¿Dónde recae el problema? Este recurso, no está siendo financiado por la Administración, sino por la propia familia. Esta lucha la viene soportando la familia desde hace 6 años, sufragando dichos gastos, y obteniendo como respuesta el silencio administrativo, consiguiendo con ello, eximirse de su responsabilidad. ¿Dónde queda la educación obligatoria y gratuita?
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